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El Colegio Santo Ángel de Almendralejo

Ubicación:

El Colegio Santo Ángel se encuentra situado en el centro histórico de Almendralejo, muy próximo al Ayuntamiento y los Juzgados de la Ciudad, en la calle Reyes Católicos número 4.

El edificio que alberga el Colegio es el Palacio de los Marqueses de la Colonia, del siglo XVII, que ha sido acondicionado y ampliado a lo largo del tiempo para adecuarlo a las necesidades de una institución escolar.

Un poco de historia:

Este es un fragmento de las Crónicas de la comunidad de Hermanas del Ángel de la Guarda de Almendralejo en el que se relata cómo llegaron las Hermanas a la ciudad. Las Crónicas son el documento en el que quedan reflejado todos los acontencimientos de la comunidad de religiosas Ángel de la Guarda desde su fundación hasta nuestros días:

En el año 1900, Don Ramón Alarcón, Cura Ecónomo de la Parroquia de Almendralejo, deseoso de procurar el mayor bien posible a las almas confiadas a sus cualidades, se dirigió a la Reverenda Madre María de la Providencia, Superiora del Colegio del Santo Ángel de la Guarda, de Badajoz, exponiéndole la necesidad que la juventud femenina de su ciudad tenía de la formación dada por la Religiosas. Le suplicó insistentemente se encargase de hacer llegar su deseo a la Superiora General para cuanto antes autorizara la fundación en Almendralejo de un Colegio de Primera Enseñanza.

La Rvda. Madre Providencia lo expuso así a la Rvdma. Madre María de la Asunción, que no tardó en acceder, y el día 15 de Diciembre de 1900 llegaban a Almendralejo cinco Religiosas bajo la dirección de la Rvda. Madre María Ambrosio, primera Superiora de esta Casa. La llegada de las Hermanas pasó desapercibida en un principio y ello fue causa de muchas privaciones, por la dificultad en proveerse de lo necesario. Fueron unos comienzos verdaderamente pobres.

Por fin, el día de Navidad, Don Ramón Alarcón habló desde el púlpito al pueblo reunido, presentando a las Hermanas y ponderando la hermosa labor que venían a realizar entre ellos. Exhortó a todos a colaborar en la medida de sus posibilidades a la consolidación de la Obra y, efectivamente, la población respondió a este llamamiento, contando desde entonces las Hermanas con gran número de bienhechores. Entre esto se destacaron los Excmos. Sres. Marqueses de la Encomienda, la Sra. Vizcondesa de la Montesina, y dona Josefa Montero de Espinosa de Vargas-Zúñiga. Junto a estas personas influyentes que contribuyeron con su capital y prestigio al progreso del Colegio, debemos hacer mención de un matrimonio de condición humilde llamado él Esteban Domínguez – que con su pobreza supo ayudar a las Hermanas en los momentos más difíciles. Verdadero “ óbolo de la viuda”, que éstas agradecieron siempre vivamente y que Dios habrá recompensado con largueza.

En el año 1944 se adquirió para el Colegio el Palacio de los Marqueses de la Colonia, al que se trasladaron las Hermanas en 1946, celebrándose solemnemente la inauguración el 9 de marzo de dicho año con asistencia de los Excmos. Sres. Obispos de Badajoz y Barbastro, Rvdma. Madre General y su Secretaría, Reverenda Madre María Rafaelina, varias Religiosas y personalidades de la ciudad y provincia.

Desde su establecimiento en la nueva casa, el Centro ha prosperado notablemente contando con un número considerable de alumnas de la Primera Enseñanza, clase gratuito y lecciones especiales de diversas materias.

La vida espiritual del Colegio no puede ser más satisfactoria, fomentándose la piedad de las niñas por todos los medios. Están asociadas al Apostolado de la Oración y Obras Misionales, trabajando en ellas con gran entusiasmo.

Nuestros fundadores

El nombre oficial de la Congregación en la Iglesia es el de HERMANAS DEL SANTO ÁNGEL DE LA GUARDA, nombre recibido de sus Fundadores y reconocido en Francia por Decreto de Napoleón III el 12 de Diciembre de 1852. La Congregación se había fundado unos años antes, el día 3 de Diciembre de 1839, en Quillán, un pueblecito del sur de Francia que un 14 de julio de 1809 ve nacer a Luis Antonio Ormières, en el seno de una familia oriunda de Limoux, establecida más tarde en Quillán y en la que vive de un pequeño comercio.

Su mirada es la propia de quien está a la escucha de Providencia, fijándose en los más abandonados de la sociedad. Su existencia es como un espejo que refleja el Don de Dios en la sencillez, el desprendimiento, la disponibilidad y el amor.

De los pobres y de su familia aprende Luis Antonio Ormières la canción del despojo y con ellos da sentido a las bienaventuranzas.

ormieresLuis Antonio Ormières fue un sacerdote cuyo perfil espiritual emerge desde la experiencia de una Gracia que siempre es eclesial. Fue esa la elección que Dios hizo para él. Entender la propia existencia como un doncuya dimensión está marcada por los dones que los demás reciben. Por eso supo comprender que todo era manifestación del Espíritu para provecho común, creación de Dios, que obra todo en todo.

El padre Ormières, preocupado desde hacía mucho tiempo por la falta de buenos maestros para la juventud en los pueblos pequeños, se había consagrado a la enseñanza desde sus primeros años.

Quería enseñar sin ruido y con su propia experiencia los medios más adecuados para este fin: extender los beneficios de una buena educación por todos los lugares que no tuvieran recursos suficientes.

Su lema: FORMAR VERDADEROS DISCÍPULOS DE CRISTO ES NUESTRO FIN PRINCIPAL, NUESTRO ÚNICO FIN.

“Destinados a educar a la juventud y a formar miembros vivos de este cuerpo místico, cuyo jefe está coronado de gloria en los cielos, debemos estar penetrados de la importancia de nuestra misión y pensar en los medios para cumplir bien. La enseñanza es un verdadero apostolado, un segundo sacerdocio. Nadie, se atribuya a sí mismo este honor. Es preciso ser llamado por Dios. Los que hayan enseñado a muchos el camino de la justicia, brillarán como estrellas en la eternidad.” P.O.

madresanpascual

Juliana Josefa María Lavrilioux nació en Josselín -cabeza de partido del cantón de Morbihan el 4 de enero de 1809. El deseo de no vivir la gracia de Dios en vano impulsó a Juliana Mª,

Madre San Pascual, a salir camino de Quillán. Junto con el Padre Ormières, en este pueblecito del sur de Francia, comienza una pequeña escuela para niños pobres.

Juliana Josefa María Lavrilioux nació en Josselín -cabeza de partido del cantón de Morbihan- el 4 de enero de 1809. El deseo de no vivir la gracia de Dios en vano impulsó a Juliana Mª, Madre San Pascual, a salir camino de Quillán. Junto con el Padre Ormières, en este pueblecito del sur de Francia, comienza una pequeña escuela para niños pobres.

La bondad era la clave de todo el modelo educativo. En torno a ella giraba toda relación con las alumnas. Siempre repetía: Dulzura y firmeza. Nunca se da la verdad sin el amor, ni el amor sin la verdad. Había que educar para la sociedad.
Respetando las cualidades de las alumnas, las escuela debía preparar para que desempeñaran el papel que la Providencia les hubiera deparado en el mundo. En tiempos de intolerancia, se proponía a las hermanas asumir su misión educadora, definida como -escuela de respeto- a Dios y a sus semejantes. Su presencia entre las Hermanas fue un don. El P. Ormières la consideraba “Ángel visible” de los ángeles visibles que eran sus hermanas.

 

 

Puedes conocernos más, visitando nuestra página web www.angeldelaguardaeuropa.com

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